jueves, 5 de junio de 2014

Gozar y Hacer Gozar


Este artículo de Michel Onfray,enseña una idea diferente de la responsabilidad o del papel de la mujer en el mundo. Pandora en el mundo helénico y Eva en el cristianismo, son las culpables mitológicas de que tengamos la capacidad de sufrir y hacer sufrir y la de gozar y hacer gozar, como el título indica. ¿Se les debe culpar o la debemos agradecer?.
¿Somos realmente felices ahora? ¿Podríamos haber sido diferentes si tanto Eva como Pandora no hubieran intervenido como muestra la mitología?


Sabemos que tanto la felicidad como el conocimiento, o la riqueza de una persona, son las penas y desgracias de otras, pero ¿qué seríamos si no existiera la inquietud? esa curiosidad de conocer lo desconocido. Esta personalidad, nos hace distintos al resto de seres de la naturaleza, nos hace más libres, pero la libertad de uno es la esclavitud de otros.  Seguramente es así, pero es el precio que hemos pagado por la curiosidad, por la des obediencia... La valentía, o mejor dicho, el error que cometieron por dichos rasgos hacen que  los seres humanos seamos una especie en constante evolución en busca de la felicidad y el conocimiento, aún cuando más sabemos, más nos damos cuenta de lo que ignoramos, a la vez que cuanto mas buscamos la felicidad mas lejos se encuentra de cada uno de nosotros. 

Cuando pienso o recapacito sobre el tema, uno piensa en un lugar sin problemas, donde todo el mundo es feliz ya que no existen las preocupaciones de ningún tipo, donde nadie moleste, más o menos igual que el paraíso del que fueron expulsados Adán y Eva, antes de que ésta desobedeciera, entonces ¿para qué sirve buscar la felicidad a base de conocer, si la felicidad consiste en no tener que preocuparse?

  La conclusión, es que todos y cada uno de nosotros somos distintos, cada uno busca lo que desea a su manera, una distinta a la de los demás 

lunes, 10 de marzo de 2014

Envolviendo ilusiones

Cuando nuestro profesor de filosofía nos dijo que teníamos que hacer unas cosas que venían en un libro de filosofía parecía algo raro, pero escogimos y nos dispusimos a hacerlo, yo escogí el de envolver cualquier cosa.

En esta experiencia he visto que normalmente solo nos concentramos en el acto de envolver el objeto y en ninguna ocasión en lo que hay detrás del papel, te paras a pensar y ves que basta muy poco para que algo, (el objeto que envuelves, como un diamante por ejemplo) se vuelva extraño, en parte inaccesible. O como si envolvieras un regalo, cuando envuelves el objeto que vas a regalar, al ser impredecible para los demás, se convierte en algo misterioso y extraño, pero si te das cuenta,  ves, que a parte del regalo, hay mas cosas que la persona recibe con el, y no me refiero al contenido, sino al nerviosismo con lo que lo recibe y la ilusión con la que lo va a abrir. Como si, en realidad, nuestras evidencias mas simples pendieran de un hilo. Eso es algo inquietante o divertido, en función del momento y del carácter de cada cual.

domingo, 9 de marzo de 2014

Medio día aislado del mundo...

Nuestro profesor de filosofía nos propuso una actividad que trataba de estar callado un día, completo, sin poder comunicarte con nadie de ninguna manera, aislado completamente del mundo, algo para mi imposible. Al principio tenía mis dudas, ya que hay que tener el valor para aguantar un día entero sin hablar ni usar tecnologías modernas. Al final, me decidí.
El día 24 de febrero, me tocaba estar sin hablar ni comunicarme, fue un poco extraño ya que soy una persona que no puedo estar callada, vamos, que hablo por los codos, sobre todo cuando estoy con mis amigos. Mis compañeros eran tan graciosos y pesados, que querían que de alguna forma hablase, pero no lo consiguieron, es mas, hablé solo, pero fue algo involuntario. A lo largo del día, te das cuenta de que cada vez se te hace más difícil eso de no hablar, cada vez te cuesta mas, cada vez tienes mas ganas de comunicarte con la gente.
Lo peor para mí fue cuando estaba comiendo con mi familia, no podía hablar, ni podía decir lo que quería comer, y encima se metían conmigo. Pero lo peor llegó por la tarde, cuando tenía que ir a la autoescuela.
El final del día llegaba, pero no pude aguantar mas, me moría por comunicarme como sea, y así fue, no eran las 12 y hablé.  Al día siguiente, me harté de hablar.

Esta experiencia va a ser inolvidable, he aprendido muchas cosas. Ha sido un reto muy difícil, mas de lo que  yo pensaba, he aprendido que comunicarse es esencial, se pasa muy mal cuando no tienes como comunicarte o con quién comunicarte. Con esta experiencia te das cuenta de que somos unos privilegiados por poder hablar. Debemos ayudar a la gente a comunicarse con los demás, es imprescindible para que nadie se quede solo, es muy importante ayudar a los demás como otros nos han ayudado a nosotros.